CON LA COMIDA NO SE JUEGA, PERO SÍ QUE SE EXPERIMENTA

Los mayores nos dicen que con la comida no se juega, pero ¿quién ha dicho que no se puede experimentar con ella?

Eso es exactamente lo que hemos hecho nosotros.

Hicimos experimentos de flotación con alimentos como nueces, lechuga, judías blancas, manzanas, mandarinas...y comprobamos si al meterlos en el agua flotaban o se hundían. Primero formulamos las hipótesis sobre que alimentos pensábamos que iban a flotar y cuales no. Luego nos pusimos manos a la obra para confirmar o desmentir nuestras hipótesis.

Vaya sorpresa nos dimos cuando pensábamos que unos alimentos no iban a flotar y resulta que sí que flotaban o los que pensábamos que se iban a ir al fondo del recipiente y cuando los echamos en el agua, por mucho que los empujáramos hacia abajo se subían arriba rápidamente.

También quisimos comprobar si los huevos en el agua flotan o no. Para ello, metimos dos huevos frescos en dos recipientes. Nada mas que los echamos se hundieron. Sin embargo, sacamos un huevo y en ese vaso disolvimos abundante sal y cuando lo volvimos a meter...¡el huevo flotaba! ¿Qué pensáis que nos pasaría a nosotros si nos metiéramos en una bañera llena de agua con mucha sal?

Por último, hicimos un taller de sabores en el que probamos alimentos: dulces, como el azúcar o el chocolate con leche; salados, como la sal o galletitas saladas; amargos, como el chocolate negro o el café (tranquilos, era descafeinado) y ácidos, como la lima o el limón.

La mayoría de nosotros pusimos mala cara al probar el sabor amargo y nos dio como un escalofrío al probar la lima o el limón, pero hubo a niños que les gustó tanto que quisieron hasta repetir.

Nos lo pasamos tan bien haciendo estos experimentos que ya estamos esperando a los próximos.

Os dejamos unas fotos nuestras para que nos veáis en plena acción. ¡Esperamos que os guste!